Alpha Blondy en Caracas: El reggae volvió a sonar con alma

Cuando las cosas son para ti… ni que te quites. Y cuando el reggae llama… uno simplemente responde.

La semana pasada, recibí una llamada que activó memorias dormidas: Jhon Fabio me invitaba al concierto de Alpha Blondy en la Concha Acústica de Bello Monte. Días antes, Chino Lai, un amigo de la infancia, ya me había lanzado la semilla: "¿Vamos para Alpha Blondy?" Y aunque dudé al principio, el destino ya lo había decidido. Esa cita era conmigo mismo… con mi historia.

El Sábado 28 de junio no fue un día cualquiera. Fue una alineación de recuerdos, música y propósito.

Primero, Kafu Banton se montó en tarima. Desde el 2007 no lo veía en Venezuela y me estremeció reconocer que yo mismo diseñé el flyer de aquel evento cuando vino por primera vez. La vida cerrando ciclos… y abriendo portales.

Luego vino el huracán espiritual de Nou Vin Lakay. Y ahí pasó algo mágico.

Después de tantos años, tuve el honor de volver a capturar sus vibras con mi cámara. La última vez que les tomé fotos fue en Caricuao, en 2014, en un concierto de SKA. Ese mismo día hicimos la sesión que luego se usó para su web (sí, también la diseñé yo) y para la carátula del disco "MANÍA".

Todo volvió como en una película que la vida se empeñó en proyectar de nuevo. Y cuando Alpha Blondy salió, el niño que vive en mí no pudo contenerse: grité, canté, lloré.

Recordé por qué empecé. Por qué aún sigo.

El reggae no es solo un ritmo.
Es herencia.
Es palabra profética envuelta en acordes.
Es la voz de los que resisten, de los que sueñan, de los que creen.

Y esa noche Caracas vibró como pocas veces, la Concha Acústica se convirtió en altar Y yo, fui testigo y parte de esa comunión espiritual.

El reggae vive. Y yo sigo aquí… para contarlo, para capturarlo, para cantarlo.