“Drift” nació en ese rincón donde la tentación se convierte en impulso. Es la historia de un instante al volante, frente a una curva peligrosa eróticamente simbólica: esa metáfora que mezcla el peligro, el deseo y el desconocido hambre por lo prohibido.

“A veces no es que no sepas que estás cayendo…Es que te lanzas sabiendo a dónde vas a parar.”

— Dímelo Mykey

Es esa sensación visceral de saber que si cede ahora… al día siguiente todo será distinto.
“Drift” es su confesión: un vehículo llevado por la emoción, sabiendo que si se descarrila… mañana cada quien seguirá su camino.

Esta canción no justifica… confiesa. No es una bandera de orgullo, es un espejo. Porque uno puede saber que va directo a la curva, y aún así acelerar. “Drift” es esa voz interna que te dice: “No lo hagas”, pero igual apagas la radio para no escucharla.

Porque el sabio piensa… el tonto actúa por instinto. Y esta canción es el punto medio: donde estás a segundos de decidir. Donde sabes que después de eso, cada quien tomará su rumbo. Sin reclamos, sin preguntas. Solo un “gracias por el desliz”.

A Video

“¿Vale la pena fallar por un momento que se va con el amanecer?”
Porque al final, cada quien sigue su rumbo. Y en ese juego de luces y sombras, la luz estaba roja…
Y la vi. Y no me la comí.

— Dímelo Mykey